2011.10.02 La mejora de la eficiencia productiva de las explotaciones lecheras emerge como la mejor estrategia para reducir el impacto sobre el med...
Mientras años atrás el impacto de las explotaciones y la industria lechera sobre el medio ambiente se centraba en la calidad del agua, hoy la atención recae en su contribución al calentamiento global del planeta y el deterioro en la calidad del aire. La fisiología digestiva y respiratoria de la vaca, así como también el consumo energético y el uso de combustibles fósiles derivado de la actividad desarrollada en las explotaciones ganaderas y en la industria de la leche, conllevan la liberación de grandes cantidades de dióxido de carbono, metano y óxido nítrico a la atmósfera; gases con efecto invernadero que favorecen el cambio climático. Por otro lado, la emisión de amoniaco y los compuestos orgánicos volátiles empobrece la calidad del aire. No obstante, factores como el manejo, la nutrición o las condiciones climáticas en las que se encuentran los animales pueden hacer variar en gran medida la emisión de estos contaminantes.
Desarrollar estrategias encaminadas a mitigar el impacto de la industria lechera sobre el medio ambiente requiere la elaboración previa de modelos bio-geoquímicos que permitan evaluar, predecir y comparar la emisión de agentes contaminantes. En gran parte de los estudios publicados, los modelos apuntan a las mejoras en la eficiencia productiva (mediante la búsqueda de vacas más productoras, longevas y sanas, así como de sistemas de producción que optimicen el manejo reproductivo y nutricional) como una herramienta efectiva para reducir las emisiones contaminantes por unidad de leche producida (1).
Recientemente un grupo de investigadores de Reino Unido constató que la selecciónEtapa de la onda folicular en la que 3 ó 4 folículos reclutados previamente pasan de una fase FSH-dependiente a una fase LH-dependiente. genética orientada a obtener vacas con un óptimo aprovechamiento de la dieta, no únicamente disminuiría los requerimientos nutricionales y el uso de la tierra sino que también se disminuiría la cantidad de dióxido de carbono emitida por litro de leche producido (2). Este estudio compara la cantidad de dióxido de carbono emitida, en términos de mEq/kg de leche producida y corregida por su contenido energético, por vacas genéticamente seleccionadas para grasa y proteína (línea seleccionada) frente a vacas no seleccionadas (línea control), así como por vacas alimentadas con una dieta con un contenido de forraje alto (75%) o bajo (50%). Los mejores resultados (menor cantidad de dióxido de carbono emitido por kg de leche producida) se obtuvieron en el grupo de vacas de la línea seleccionada y alimentadas con la dieta baja en forraje. La mejora en la utilización de la dieta resultó disminuir significativamente la cantidad de dióxido de carbono emitida tanto dentro de un mismo grupo de animales como al comparar los grupos entre sí.
Bibliografía
- Place S E, Mitloehner F M. 2010. Invited review: Contemporary environmental issues: A review of the dairy industry’s role in climate change and air quality and the potential of mitigation through improved production efficiency. Journal of Dairy Science 93:3407-3416.
- Bell MJ , Wall E , Russell G , Simm G , Stott AW . 2011. The effect of improving cow productivity, fertility, and longevity on the global warming potential of dairy systems. Journal of Dairy Science 94:3662-3678.